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Introducción
Las Novelas Ejemplares,1 en el umbral del Renacimiento y el Barroco, junto con Don Quijote, marcaron el comienzo de la novela moderna, como novela abierta y polifónica. Época de cambios sociales, políticos y culturales, la época en la que vivió Cervantes, entre el Renacimiento y el Barroco, constituye la transición a la Modernidad artística y científica, bajo el signo de una nueva concepción del hombre. Mientras que, en el ámbito políticosocial, la consolidación de los Estados nacionales y las monarquías absolutas marcaron el panorama europeo. Factores todos estos determinantes para la configuración de una nueva concepción literaria y artística. Del mismo modo que el caso del realismo literario, por ejemplo, - que aparece ya en la Celestina (1500), pero principalmente desarrollado por la novela picaresca iniciada por el Lazarilh (1554) - puede relacionarse directamente con el declive de la filosofía medieval y con el impulso dado a la ciencia moderna, también es posible aproximarse a las originales transformaciones que la obra cervantina introduce en su relación con las transformaciones histórico-filosóficas y científicas de la época.
La quiebra del pensamiento clásico entre el siglo XVI y XVII supuso la introducción de la modernidad que, como ha expuesto Michel Foucault en Les mots et les choses, vino determinada por un cambio en las estructuras del conocimiento que, a la semejanza perseguida por el Renacimiento, opone la diferencia, haciéndose posible un nuevo sistema de pensamiento filosófico, literario y científico.
La ciencia moderna se desarrolla a partir de los métodos de observación y experimentación, que junto con el progreso de las matemáticas, hicieron posible un nuevo estudio del Universo (con Copernico, y Kepler) y de las leyes que rigen los fenómenos naturales dando lugar a la nueva Física (con Galileo Galilei, Isaac Newton). Consecuencia de este nuevo tipo de ciencia, que llegará hasta su consumación con Descartes. Consecuencia de estas transformaciones, según ha expuesto Manuel Asensi en su volumen Literatura y Fihsofia, se produce un cambio de concepción del ser que "consiste en sustituir una consideración cualitativo-eidética por una concepción cuantitativo-mecanicista del ser" (Asensi 32-33). Para tal se consagra el método inductivo y una forma de entender su objeto no ya como ser o substancia sino a partir de la (unción o la ley física que lo rige.