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Javier Herrero.
Madrid, 21 mar (EFE).- De lo "underground" a lo comercial, puede decirse que el pop alternativo ha tocado ya todos los eslabones de la cadena de la música, tras contagiar incluso con sus sonidos diferenciados a un puñado de contendientes de un evento que a menudo peca de nostalgia inmovilista, el Festival de Eurovisión.
Oficializados por fin los 37 participantes de la edición de 2014, que se celebrará entre el 6 y el 10 de mayo en Copenhague (Dinamarca), llaman la atención varias canciones que se han dejado seducir por el pop alternativo, convirtiendose algunas de ellas en las favoritas del público del festival.
La más destacada es la de Noruega, "Silent storm", tercera en las apuestas a menos de dos meses para la final. Su interprete, Carl Espen, recuerda en sus características intimistas y tímbricas a estrellas del "indie" internacional como Bon Iver, James Blake o John Grant, aunque con una producción mucho más desnuda, sin...