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El pasado 16 de marzo de 2013 se llevó a cabo en la Ciudad de México la Sexta Marcha Lésbica, bajo el lema "La revolución será lesbiana feminista o no será". Dicha manifestación colectiva no es sólo un acto meramente conmemorativo, sino que surge de las inquietudes de muchas mujeres que, no sólo toman como punto de partida su orientación sexual como lesbianas, sino que van más allá y pretenden desplegar una expresión que dé cuenta de una identidad sexo-política específica que pareciera haber sido absorbida en los territorios de la llamada diversidad sexual, más aún, cuando a partir de 2010 se legalizaron los matrimonios civiles entre personas del mismo sexo en el Distrito Federal.
Asimismo, esta manifestación, que es iniciativa del movimiento social de lesbianas agrupadas en diversos colectivos y organizaciones, tiene como ejes articuladores varios elementos que hoy en día, a la luz de las teorías en las ciencias sociales cobijadas bajo las nociones de posmodernidad, posestructuralismo o deconstruccionismo parecieran haber sido rebasados. Nociones como ideología, lucha de clases, defensa de la identidad, o la pugna directa en contra del capitalismo basado en el sistema patriarcal, emergen con mucha fuerza en las demandas, pronunciamientos y denuncias que hace este movimiento social, llevado a las calles por medio de una acción colectiva que tiene como estrategia, en primer lugar, dar visibilidad a este tipo de manifestaciones culturales, pero también pretende irrumpir en una sociedad donde aparentemente, a partir del reconocimiento de las diferencias y de las políticas de inclusión impulsadas en el Distrito Federal, todo está dicho y, bajo la categoría de ciudadana o ciudadano, cada grupo específico tiene acceso a derechos igualitarios.
Es así como la marcha lésbica no puede ser leída como una protesta más de todas las que se llevan a cabo día a día en la capital mexicana. El ejercicio de construcciones discursivas en conjunción con el universo simbólico que ahí se ponen en juego nos da como resultado una viva muestra de las posturas, tensiones y disidencias que atraviesan el mundo social, que a su vez dan cuenta del crisol infinito de subjetividades y prácticas políticas y culturales que vale la pena detenernos a mirar en un mundo que pretende homogeneizar las diferencias identitarias, normalizar los comportamientos y absorber...