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¿Cómo estudiar lo contemporáneo, cómo hablar de lo que se produce hoy, cómo pasar de la nostalgia por lo retro o del discurso acerca del fin de categorías, mundos y obras, a una interacción intelectual con lo que se escribe en las mismas condiciones y en la misma realidad en la que hablamos de literatura, estudiamos literatura, leemos literatura? ¿Cómo evitar someterse a las categorías sociales, culturales, ideológicas, que se acumulan en el desván del crítico, o eludir la tentación de reemplazar el análisis por la búsqueda de una categoría propia, diferenciadora, es decir, sin integrar, nosotros mismos, el gesto rupturista de la modernidad literaria? Esas son las preguntas. La respuesta que se esboza en este artículo es una ficción crítica: estudiar los comienzos de un escritor (en este caso, los de Alejandro Zambra), sin que una "obra" esté claramente definida ni sea, a pesar de su reconocimiento, un autor "canónico". Es decir, analizar en sus tres primeras novelas las modalidades de situarse en un presente, de establecer relaciones con una tradición, de proyectarse en el futuro, lo que equivale a observar cómo el escritor se sitúa en el tiempo. Y el tiempo sería, hoy, una categoría cardinal para aprehender nuestro contemporáneo, cuyo presentismo y aceleración parecen impedir una mirada crítica. Gracias a un recorrido detallado de algunas operaciones (formalismo, lecturas, representaciones de lo memorial), se esboza, en conclusión, una respuesta (una de las múltiples respuestas contemporáneas) al cómo seguir escribiendo, después del "fin de la literatura".
Palabras clave: Comienzos, literatura contemporánea, imaginarios temporales, Alejandro Zambra.
How to study the contemporary, how to talk about that which is produced today, and move past nostalgia for that which is retro or discourse on the end of categories, of worlds, and works? How to interact with that which is written under the same conditions and reality in which we talk about, study and read literature? How to avoid capitulating to the social, cultural, or ideological categories stockpiled by critics? Or avoid the temptation to replace analysis with the search for a new category-a category that would differentiate and take up once more the act of rupture in literary modernity? These are the questions.
The answer we proffer in this article is a critical fiction: it is...