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No tengo por buen poeta al que no imita los excelentes antiguos
-El Brocense, Opera omnia, 4.36
LA "NOVELA DEL LICENCIADO Vidriera" de Miguel de Cervantes gira en torno a la metamorfosis que padece el personaje principal, Tomás Rodaja, en vidrio. El nombre de Tomás recuerda el escepticismo del único de los doce apóstoles de Jesús, Santo Tomás, que cuestionó la mutación más significativa del ámbito religioso, el retorno de Jesús del Más Allá. La incredulidad religiosa del apóstol forma parte de los presupuestos cervantinos que cuestionan la validez de los sentidos a la hora de explorar la realidad sensible. Estas premisas invitan a cuestionar uno de los cambios que Tomás Rodaja padece en la novela: su entrada en el mundo militar vestido de papagayo. El cuestionamiento en primer lugar de esta indumentaria colorida y aviar desvela un engranaje de alusiones a poetas del mundo clásico: Catulo, y sobre todo, Ovidio. Este vinculo literario confiere al ente ficticio de Tomás un dimorfismo que le presenta con una anatomia ovidiana. Asi pues, estimula un análisis que trasluce una interpretación lirica de varias escenas de la novela en conexión con los intereses poéticos de Ovidio.
El apóstol Santo Tomás fue el único que puso en duda la resurrección de Jesús, y para ello empleó su sentido táctil y visual. Estos sentidos que le ayudan a corroborar la substantividad de su maestro se transfieren al lector. Este tiene ahora que cuestionar la realidad literaria del texto, y en este caso el cambio de vestuario de Tomás Rodaja cuando se enlista en el ejército. La interrogación del mundo sensible forma parte de las soluciones que Cervantes presenta al problema epistemológico de su época. En esta línea, Cervantes comparte con los escépticos del siglo XVI y XVII la propuesta de que: "La prueba externa, visible y tangible, es engañosa, dado que la experiencia sensorial es la forma más falaz del conocimiento" (Avalle-Arce 28).1 Este postulado cervantino reaparece en "El celoso extremeño" a partir de los mitos de Pigmalión y Narciso que se entretejen cuidadosamente en el personaje de Carrizales y otras situaciones. Estas narraciones mitológicas confieren a "El celoso extremeño" un mensaje hermenéutico que exige traspasar la literalidad de la trama, y no caer en la falacia de su historia...