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Laura Restrepo (Bogotá, 1950) es una de las autoras latinoaraericanas más importantes de la literatura actual. Galardonada con el premio Sor Juana Inès de la Cruz1 en 1997 y con el Prix France Culture2 en 1998 por Dulce compañia (1996), y más tarde con el Premio Arzobispo San Clemente por Leopardo al sol (2001), esta versátil autora colombiana ha sido en febrero de 2004 (dos meses después de que esta entrevista se llevara a cabo) ganadora del VII Premio Alfaguara de Novela por Delirio3 Su producción narrativa-siete novelas escritas a lo largo de poco más de quince años y traducidas a varios idiomas extranjeros-va captando cada vez más la atención internacional no sólo por su calidad literaria, sino también por su relevancia histórica y cultural. El texto de la entrevista telefónica trascrito a continuación incluye un total de veinticuatro preguntas que se van agrupando alrededor de cuatro de sus novelas: La isla de la pasión (1989), Leopardo al sol (1993), La novia oscura (1999), y La multitud errante (2001). Desde nuestro punto de vista, señalar su obra no sólo aporta una contribución a la historia intelectual de Latinoamérica, sino que contribuye a aumentar el margen de la literatura contemporánea escrita por mujeres.
Periodista, escritora, y ex-directora del Institute Distrital de Cultura y Turismo (ICDT) de Bogotá, Laura Restrepo revela a través de su obra la fisonomía inconfundible del intelectual que siente una honda preocupación por su país y por América toda: "Antes de escribir ficción me dediqué de lleno durante 20 años a la política y al periodismo, y en mis novelas he seguido dándole cuerda a esos dos grandes entusiasmos" ("Dossier Alfaguara sobre Laura Restrepo"). En efecto, uno de los rasgos mas interesantes de la ficción de Restrepo es que sus relatos se fundamentan en el interés por investigar la actualidad y en la preocupación por presenter un referente histórico comprobable. La novelista casi nunca cela los gajes de su profesión de origen, pues su trayectoria literaria revela un sentido específico de deontología profesional: la obligación fundamental de no inventar. Al mismo tiempo, por mucho que confirme la labor investigativa que precede todas sus creaciones literarias, la autora no hace misterio de su obra de tergiversación de los elementos reales.
Esta especie de intergenericidad...