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Introducción
En el campo de la literatura argentina de temática homoerótica o LGTB/queer, podrían distinguirse, históricamente, dos corpus: por un lado, textos escritos entre los años 40 y 70 del siglo pasado y anteriores, por lo tanto, a los movimientos de liberación y a la politización de las identidades sexo-genéricas que dichos movimientos trajeron aparejada; por otro, textos escritos a partir de los años 80, en un contexto en el que las problemáticas vinculadas al género y la sexualidad comienzan a formar parte indiscutible del paisaje tanto social como académico.1 Apresuradamente, podría decirse que las obras del primer grupo se inscriben en el campo de lo "homoerótico", "pre-gay" o "proto-queer", mientras las del segundo estarían asociadas con las diversas siglas-LGTBI, LGTBQ, LGTTTBIQ, etc.- empleadas en los últimos tiempos para nombrar identidades sexo-genéricas disidentes. Esta descripción sería apresurada, o inexacta, porque un estudio más detenido contribuiría a cuestionar la validez y la pertinencia de ese tipo de clasificaciones generalistas, deudoras de un pensamiento teleológico que presupone que, a lo largo del tiempo, la situación de "homosexuales", "lesbianas", "trans" y otras minorías ha experimentado una progresiva mejora. De aquellos tiempos en que las sexualidades no normativas eran ocultas, clandestinas y motivo de vergüenza y escarnio, se habría ido avanzando hacia la visibilidad, la legitimidad y el orgullo. Dicha premisa anima implícitamente no pocas lecturas, y justifica tanto el desinterés por textos anteriores a la "liberación", como el excesivo entusiasmo con que a veces se celebran producciones actuales, sobre todo en términos de novedad o ruptura. Tal enfoque sostiene también la idea de la superación: así, "gay", entre los años 80 y 90, superó a "homosexual", mientras que "queer" viene implicando, desde comienzos del nuevo milenio, la defunción de "gay". Una operación similar se evidencia en el uso de "trans"/"transgénero", que parecen desalojar términos previos como "travesti" y "transexual", aunque la trayectoria local de estas palabras guarde diferencias significativas con los contextos de donde proviene la nueva terminología. La tensión respecto de estos usos y apropiaciones no es ajena a los debates sobre la importación de teorías y conceptos forjados en otras latitudes (especialmente, Estados Unidos y Europa): el caso paradigmático es, desde luego, "queer', aunque a esta altura parece fuera de duda que, más allá de que...