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Dicen que Diego Armando Maradona fue el primer freestyler de fútbol de la historia. Sus acrobáticos calentamientos, su destreza para hacer lo que quisiera con el balón en sus pies, inspiraron a la primera generación que practicó el freestyle (estilo libre). Valencia albergó anoche la Red Bull Street Style World Final, donde compitieron los mejores freestyler del mundo, 16 hombres y 8 mujeres que, por una cuestión generacional, se consideran devotos de Ronaldinho Gaúcho, cuya técnica les cautivó y les enseñó otro camino al deporte.
El freestyle fútbol, con rango de deporte urbano, se empezó a hacer hueco en las calles de los cinco continentes a principios de Siglo XXI, sobre todo en las de países como Francia, Colombia o Corea, y encontró su trampolín gracias a Red Bull, que en 2008 organizó la primera edición de unas finales mundiales que el tiempo y su patrocinio ha consagrado. Los freestyler sueñan con ser olímpicos, como lo son sus vecinos de barrio, los skaeters.
Como espectáculo tiene mucho de lo que buscan los jóvenes: música, luces, dinamismo, acción, variedad, vacile. Como deporte combina técnica, físico, concentración y creatividad. Por eso para los mejores empieza a ser una forma de ganarse la vida. “Entre torneos, marcas y clases que doy para mejorar técnica de futbolistas, me da para vivir”, confiesa el diez veces...