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El duelo como umbral
"No torturó la soledad mis primeros instantes en el pueblo. Más bien me consideré asesorado por ella para enfrentar todo lo nuevo que vendría"
Sergio Escobar, Aquel tiempo, esas enajenaciones (1969)
De entre la cuantiosa obra de los poetas porteños Eduardo Embry (1938) y Luis Mizón (1942), exiliados por la dictadura de Augusto Pinochet a comienzos de los años setenta del siglo pasado, creemos que la antología Al revés de las cosas que en este mundo fenecen (2010) del primero, y Province perdue (1988) y Marée basse suivi de Six arbres (2012) del segundo1, reúnen los poemas más representativos en cuanto a la temática del desarraigo, recurrente, por lo demás, a lo largo de toda su trayectoria escritural. Teniendo en consideración las características diferenciales de cada poeta, pensamos sin embargo que, particularmente en las obras mencionadas, ambos exhiben un afán común por desasirse de los sentimientos de desolación causados por el destierro, lo cual se concreta en la elaboración de unos hablantes que poseen una mirada reflexiva y crítica -al modo propio de la poesía- sobre la relación entre el presente y el pasado doloroso, y así transitan desde la aguda melancolía, propia de otros poetas del exilio porteño, hacia el duelo y la resolución. Si bien hay que reiterar y poner de relieve que Eduardo Embry y Luis Mizón recurren a distintas maneras de asumir el trauma por medio de la palabra poética.
Las referencias biográficas de ambos poetas escasean, aunque en su Anotaciones para una historia de la hiteratura de Valparaíso (2001), Claudio Solar, que los conoció en persona, consigna algunos datos a considerar sobre la vida de ambos. Refiriéndose al Valparaíso de la década de los sesenta, Solar dice que Eduardo Embry trabajaba en la Compañía Chilena de Tabacos y durante el mismo período publicó los libros Vigilias (1962), Los ángeles caídos (1965), Paraguerras y Piedra y sentimiento de Puerto Claro (ambos de 1966), y agrega sobre esta poesía que "tema y manera de crear son diferentes al adocenamiento romántico que ha caracterizado a muchas creaciones líricas pórteñas" y que "el espíritu de la 'desacreditación' que anima a los poetas de la novísima generación, posterior a Embry, ya está en él" (Solar 91). Embry, agrega, vive desde 1973...